Esta semana pretende llamar la atención sobre una enfermedad crónica que puede afectar muy gravemente a la visión, recordándonos la importancia de revisar y controlar nuestra presión intraocular para prevenir el glaucoma.
El glaucoma es una enfermedad del nervio óptico (neuropatía) causada, en la mayoría de los casos pero no únicamente, por el incremento de la presión intraocular. Se caracteriza por pérdida de visión progresiva, generalmente periférica, que avanza sin ningún tipo de síntoma ni de dolor al inicio de la enfermedad. Es irreversible, aunque se puede frenar su evolución mediante el diagnóstico precoz y el tratamiento adecuado.
Sin una revisión no es posible detectar esta enfermedad en su fase inicial. De hecho, el glaucoma no genera síntomas perceptibles en el paciente al principio, lo cual es un inconveniente para la detección temprana.
Para poder realizar un diagnóstico precoz del glaucoma, se debe realizar una toma de presión intraocular al menos una vez al año.
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