
En 1997, la Organización Mundial de la Salud declaró este día, coincidiendo con el nacimiento de James Parkinson, neurólogo británico que, en 1817, padeció y descubrió lo que en aquel tiempo llamó parálisis agitante y que hoy conocemos como enfermedad de Parkinson. En este día se busca difundir la realidad del Parkinson y sensibilizar a la sociedad en general.
La enfermedad de Parkinson es un trastorno neurodegenerativo lentamente progresivo. La edad promedio de inicio es alrededor de los 57 años y se considera que existe una predisposición genética, al menos en algunos casos.
En la mayoría de los pacientes, los síntomas comienzan de forma insidiosa. El temblor en reposo de una mano es muchas veces el primer signo. Este se caracteriza por disminuir durante el movimiento, estar ausente durante el sueño y aumentar con la tensión emocional o la fatiga Por lo general, las manos o los pies se afectan primero. También pueden afectarse la mandíbula y la lengua, pero no la voz.
El paciente también puede padecer rigidez (independientemente del temblor) y movimientos lentos (con dificultad para iniciarlos). Estos pueden contribuir con los dolores musculares y las sensaciones de cansancio.
En un periodo más tardío de la enfermedad puede aparecer inestabilidad postural, que conduce a caídas, y demencia. Son frecuentes los trastornos del sueño.
El diagnóstico de la enfermedad de Parkinson es clínico. Basándose en los signos y síntomas del paciente, el médico realiza un examen neurológico para confirmar o descartar dicha enfermedad.
El tratamiento de esta enfermedad es principalmente farmacológico pero si este no es eficaz o tienen efectos adversos, se puede recurrir a la cirugía. Existen otros tratamientos que aún están en fase experimental, como por ejemplo, la terapia de ultrasonido focalizado.
<< Conocerlo es el primer paso para combatirlo. >>